- Año: 2014
El programa se desarrolla en un volumen único. Se da grosor al muro construyendo las estanterías a ambos lados de la sala para así liberar el espacio interior, y colocando las mesas de consulta y lectura en el centro. Un muro que no llega a techo define el espacio de la administración por un lado y del almacén por el otro.
La estructura portante es un sistema mixto de muros de carga y pilares de fábrica de ladrillo BTC (tierra comprimida), producido a poca distancia de la obra. Estos ladrillos se utilizan también en la ejecución del techo interior de la sala, un tendido en seco sobre reas de ø10mm embebidas en las vigas de hormigón armado. La cubierta superior, totalmente exenta y a dos aguas, permite evitar el asoleo directo en los muros y evacuar rápidamente el agua de lluvia. La cubrición es con placas grecadas galvanizadas los tramos rectos y placa de igual greca pero plástica y translúcida en el tramo curvo central.
La Fundación KATIOU había almacenado en el poblado varias decenas de paneles de policarbonato provenientes del desmontaje de una veranda en Madrid. Con tal de aprovechar la totalidad de dicho material, se dimensionó el módulo de ventana+lucernario según la medida de los paneles así como de la fábrica de ladrillo BTC.
En edificios con presupuestos ajustados como éste, lo habitual en Burkina es colocar simples carpinterías metálicas sin acristalar, con lamelas orientables que permitan regular la ventilación y el nivel lumínico del interior. Disponer de numerosas ventanas en las fachadas no nos asegura una buena iluminación natural pues dadas las exigentes y cambiantes condiciones climáticas del lugar, o bien porque hay mucho polvo en el exterior, o bien porque el aire circundante está ardiendo, o tal vez porque llegaron las fuertes tormentas con la lluvia a 45°, o porque las temperaturas en diciembre descendieron y aquí a 25° ya se tiene sensación de frescor, que la realidad demuestra que gran parte del año las lamas están entornadas o del todo cerradas y ello obliga al uso de la iluminación artificial en una sala de lectura incluso durante el día.
Por otro lado, en Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo, los cortes en el suministro eléctrico están al orden del día.
Por tanto, se potencia la iluminación -y ventilación- natural mediante aberturas que reutilizan las placas de policarbonato, traslúcidas y aislantes. Las ventanas se sitúan a lo largo de las fachadas norte y sur así como en el techo con la disposición de unos grandes lucernarios practicables del mismo ancho. El paso de la luz natural primero a través de las placas plásticas translúcidas de la cubierta superior y filtradas por las hojas de policarbonato después, confiere a los lucernarios el aspecto de grandes plafones de luz difusa idónea para la lectura.
Cuando el sol se pone y la luz artificial prende, al pie de las ventanas se sientan jóvenes estudiantes que aprovechan la iluminación del edificio para hacer sus quehaceres escolares.